QUIERO DELICATESSEN
BODEGA
Bodega Los Bermejos
Bodega Los Bermejos
Lanzarote
Durante varios siglos perteneció a una de las familias mas importante de Lanzarote.
Ya casi sin actividad en el año 2001, con el nuevo siglo, se le dio un
nuevo impulso, ocupando en pocos años la cabeza enológica de la isla.
El cultivo de vid en Lanzarote se caracteriza por no haber sufrido la plaga de filoxera. Las vides en lanzarote están cultivadas con pié franco, es decir tienen
la raíz propia de la variedad de uva europea, manteniendo así la riqueza
varietal y enológica anterior a la filoxera.
“El día 1 de septiembre de 1730 la tierra se abrió en Timanfaya”. Así
comienza la crónica de la mayor erupción volcánica que se ha producido
en Canarias en tiempos históricos y que a lo largo de 6 años fue
cubriendo de lava y cenizas volcánicas las vegas mas fértiles de
Lanzarote, cambiando el paisaje y dando origen a lo que luego sería el
paisaje vitícola mas impresionante que uno pueda imaginar.
La ceniza volcánica (también llamada arena o picón) que cubre los campos
consigue retener la escasa agua de lluvia que cae, absorbiéndola como
una esponja y evitando que las escorrentías se la lleve al mar. Permite
que drene y llegue a la tierra vegetal donde están las raíces de las
plantas y forma una capa aislante con el sol, evitando así su
evaporación. No tiene riqueza orgánica, por lo que hay que apartarla y
hacer hoyos para plantar las vides en la tierra rica en nutrientes. Por
otro lado, los vientos alisios que en primavera y verano soplan con
insistencia queman las hojas que sobresalen de los hoyos, por lo que hay
que poner un murete de piedra semicircular que las proteja.
El grosor de la capa de ceniza o picón determina la profundidad y el
diámetro del hoyo y por lo tanto la densidad de plantación. Hay zonas
donde los hoyos alcanzan hasta 4 metros de profundidad y 6 metros de
diámetro y donde los marcos de plantación no superan las 200 plantas por
hectárea. En todo caso en las zonas de mayor densidad no hay mas de 800
plantas por hectárea, lo que unido a la escasa pluviometría hace que
las producciones oscilen entre los 500 y los 1.500 kg de uva por
hectárea. Baja producción, poca lluvia, mucho sol y plantas centenarias
hacen de la uva de lanzarote una auténtica joya enológica.