Cerveza Delirium Nocturnum

Elaborada por la Brasserie Huyghe, La Delirium Nocturnum se considera la hermana pequeña de la famosa Delirium Tremens, que le dio la fama a esta cervecera en activo desde 1654. Además, la Delirium Nocturnum se creó en 1999, con motivo del 10.º aniversario de la Delirium Tremens.

La última novedad tiene un color rojo-marrón oscuro y se corona con una capa de espuma compacta y estable de color beige. De esta espuma se desprenden aromas a malta muy apreciables con notas a caramelo, a moka, a chocolate seguidas de toques afrutados y matices especiados de regaliz y pimienta.

Una vez en el paladar, resulta muy maltosa con sabores complejos, a la vez torrefactos y amargos. El conjunto se equilibra con la suave redondez inicial de las maltas, mientras que se afirma el amargor más típico del lúpulo. Son igualmente perceptibles notas regaliz, de chocolate y una ligera acidez, mientras que al alcohol acompaña la degustación de principio a fin. El final en boca presenta además un logrado equilibrio entre amargor, determinación vinosa y dulzor de la malta.

•  Color:Marrón oscuro con irisaciones granate mas evidentes al trasluz.Color EBC 80

•  Espuma: Beige palida.

•  En nariz: Malta tostada y mucho caramelo , azúcar quemado, chocolate y fruta, sobretodo ciruelas maduras y dátiles, y leve regaliz

•  En boca: Chocolate, caramelo y tostados , fruta madura, azúcar moreno y pasas,Final alcoholico con especias y toque picante.

Elaborada por la Brasserie Huyghe, La Delirium Nocturnum se considera la hermana pequeña de la famosa Delirium Tremens, que le dio la fama a esta cervecera en activo desde 1654. Además, la Delirium Nocturnum se creó en 1999, con motivo del 10.º aniversario de la Delirium Tremens.

La última novedad tiene un color rojo-marrón oscuro y se corona con una capa de espuma compacta y estable de color beige. De esta espuma se desprenden aromas a malta muy apreciables con notas a caramelo, a moka, a chocolate seguidas de toques afrutados y matices especiados de regaliz y pimienta.

Una vez en el paladar, resulta muy maltosa con sabores complejos, a la vez torrefactos y amargos. El conjunto se equilibra con la suave redondez inicial de las maltas, mientras que se afirma el amargor más típico del lúpulo. Son igualmente perceptibles notas regaliz, de chocolate y una ligera acidez, mientras que al alcohol acompaña la degustación de principio a fin. El final en boca presenta además un logrado equilibrio entre amargor, determinación vinosa y dulzor de la malta.