Fondillón Tesoro de Villena. El fondillón, el vino de reyes, ese vino que diferencia el saber hacer de nuestras bodegas más tradicionales y que en Villena lleva el nombre de su bien más reconocido, su tesoro. Un Fondillón Tesoro de Villena que cambia la imagen de su exterior para seguir siendo el de siempre en su interior.
Fondillón Tesoro de Villena
Como buena tierra alicantina, los viñedos de Villena han sido el mejor lugar para cultivar la uva Monastrell.
Una variedad autóctona, única y agradecida que ha sabido siempre ofrecer los mejores resultados a los abnegados agricultores que, desde hace muchos años, pusieron todo su esfuerzo e ilusión en conseguir los mejores vinos, esos vinos con los que brindar en las grandes celebraciones o agasajar al forastero que nos visitaba.
Pero esta variedad tenía algo mucho más importante que ofrecernos. Esta variedad iba a hacer que nuestra provincia y nuestro vino fuera famoso a nivel mundial. De la sencilla y humilde monastrell iba a nacer el Fondillón, el vino de Alicante, un vino de reyes.
En Villena las barricas de monastrell acabaron ofreciendo el mejor fondillón y para darle nombre, algo tan único como este preciado vino, algo que le diera personalidad y la importancia que merecía, el nombre de uno de los bienes más preciados de Villena, su tesoro.
Así que Villena cuenta con dos grandes tesoros, su Tesoro de Villena, uno de los hallazgos áureos más importantes de la edad de bronce europea, y su Fondillón, el Fondillón Tesoro de Villena, el fruto del más esmerado trabajo y de esa magia que solo el fondo de los más viejos y auténticos barriles sabe proporcionar.
El fondillón
En nuestra incansable labor de difusión del mundo del vino, hace ya algún tiempo, en Marzo del 2016 para ser más exactos, hablamos en este mismo blog de la historia del Fondillón, de nuestro vino de Alicante.
En esa entrada del blog os contamos muchos detalles sobre su nacimiento, los procesos que se llevan a cabo en su elaboración, su historia, su pasado y presente y os mostramos los fondillones con los que contamos en nuestra bodega de vinos seleccionados.
No quisiéramos alargarnos en los detalles generales sobre el fondillón, para conocerlos te emplazamos a que visites la entrada de nuestro blog a la que hacemos referencia, ya que hoy el protagonista es el Fondillón Tesoro de Villena.
Para ser un poco generales y explicarte de un modo resumido algunos detalles sobre el fondillón, te diremos que, como ya hemos dicho antes, proviene de vino de la variedad monastrell, que se elabora en un proceso de al menos 10 años en barriles que anteriormente tuvieron en su interior la totalidad o parte de la denominada «solera madre» y que cuenta con protección especial y está reconocido por la comisión europea como vino de lujo, a la altura del vino de Jerez, el Oporto o el Champagne.
En resumidas cuentas, un vino con unas características y una historia impresionante y única que se transmite en el Fondillón Tesoro de Villena.
Bodega Las Virtudes
La que en su día fue conocida como la Cooperativa de Villena, comenzó su andadura en el año 1961 fruto del esfuerzo cooperativo, de hay su nombre, de más de 100 viticultores que aunaron ilusión y trabajo para conseguir llevar adelante la cultura enológica de la localidad y su gran e histórica tradición en el ámbito del vino.
En menos de una década la Cooperativa Nuestra Señora de las Virtudes, su antigua denominación, superaba el millón de kilos de uva en sus procesos de elaboración.
Después llegarían las ampliaciones, la compra de toneles que mejoraran la calidad de la producción, ve la luz la primera planta embotelladora e introduce en sus procesos las mejoras técnicas que hagan mucho más sencilla la producción y embotellado.
Como detalle, con la adquisición de una remesa de toneles de roble nacerá en 1972 la que será la solera madre que, hasta el día de hoy, es el origen del Fondillón Tesoro de Villena.
En los años 90 es cuando la bodega se decide por una apuesta clara por la calidad, dejando atrás los anteriores procesos en los que primaba la cantidad en la producción. Grandes artífices de esta conversión son José Francisco Torró y Juan Huerta, que conformaron el departamento técnico en aquellos años 90. Como detalle, Juan Huerta sigue siendo, después de más de 20 años y del gran cambio de aquellos años 90, el enólogo y creador de los vinos de la bodega.
A día de hoy, los cambios y resultados que comenzaron en aquellos años son más que evidentes.
Desde hace unos años la denominación de la bodega, con gran acierto, ha sido reducida guardando el espíritu principal de la misma, el nombre de Las Virtudes, Bodega Las Virtudes, nombre en honor de la Virgen de las Virtudes, patrona de Villena.
Se cuenta con unas 1.700 hectáreas de viñedo para una producción de entre 5 y 6 millones de kilos de uva, suponiendo la variedad monastrell, de donde se obtendrá el Fondillón Tesoro de Villena, casi un 70% de la superficie de estas hectáreas de cultivo.
Otras variedades como Sauvignon Blanc, Petit Verdot, Cabernet, Syrah o Merlot también forman parte de los cultivos de los asociados de la bodega, habiendo sido introducidas, en la mayoría de ocasiones, para dar respuesta a las necesidades de un mercado cada día más exigente.
Cómo se crea el Fondillón Tesoro de Villena
Para comenzar los primeros pasos en la elaboración y creación del Fondillón Tesoro de Villena hay que contar con un detalle muy especial, el mejor fondillón solo se elabora cuando la cosecha ha sido de una gran y excepcional calidad y con uvas que hayan superado el proceso de maduración convencional para ser uvas sobre maduradas, provenientes, además, de viñedos antiguos y que no cuenten con unas producciones altas.
Detalles que, como podrás comprender, no pueden más que aportar unas cualidades extraordinarias al Fondillón Tesoro de Villena.
Los toneles, de roble francés de diferente capacidad, son preparados en la bodega a varias alturas, permitiendo que queden dispuestos en diferentes escalas.
Unos toneles que, como detalle, cuentan con un alto porcentaje, con el paso de los años, de la que fue la solera madre, aquella solera de 1972 de la que surge el auténtico Fondillón Tesoro de Villena y al que se le transmite las cualidades de aquella histórica añada.
El proceso es metódico y ordenado, siguiendo unas pautas que se llevan a cabo desde hace muchos años.
En primer lugar se extrae una cantidad anual de aproximadamente un 10% de los toneles que contienen los vinos más antiguos. Los toneles de una antigüedad media son rellenados con una cantidad igual a la extraída de los toneles de vinos antiguos. El proceso para la elaboración del Fondillón Tesoro de Villena continua del mismo modo en el resto de toneles, siguiendo una forma sucesiva en las diferentes escalas y siempre ordenadamente por su antigüedad.
Es un sistema que, tal y como nos cuentan desde la Bodega Las Virtudes, puede identificarse como dinámico y con el que los vinos de las diferentes añadas son mezclados mediante este método, consiguiendo que las mejores cualidades de cada uno de ellos impriman su personalidad y carácter al que será el mejor Fondillón Tesoro de Villena.
Por todo esto, por el proceso y la mezcla uniforme de diferentes añadas de vinos, siempre durante un mínimo de 10 años, cada botella es única y especial.
En todo este proceso, en la mezcla y combinación de las proporciones idóneas y en la larga experiencia en el cuidado de las soleras de la Bodega Las Virtudes, reside lo excepcional del resultado final, uno de los mejores fondillones, el Fondillón Tesoro de Villena.
Su nueva imagen
Desde hace algunos años y de forma muy acertada, el departamento comercial de la Bodega Las Virtudes ha apostado por una continua puesta en valor de la imagen corporativa y la modernización de todo lo que rodea a sus productos y elaborados.
Buena muestra de ello ha sido el rediseño de varios de sus vinos más antiguos y reconocidos, Arcabucero y Gachamiguero, la creación de nuevas líneas como La Virtu, una línea con un diseño muy innovador y dirigida a un público joven, la estandarización de los diseños y etiquetado del resto de vinos de la bodega y, por supuesto, una nueva imagen de su Fondillón Tesoro de Villena.
Un diamante, una de las piezas de joyería más únicas y exclusivas. Ese es el emblema o símbolo que se nos presenta en la nueva y renovada etiqueta del Fondillón Tesoro de Villena, un emblema que nos recuerda que, como el diamante, el Fondillón Tesoro de Villena es único, exclusivo y deseado, es la joya de la provincia de Alicante.
Para dar mayor énfasis al nuevo diseño y tal y como la bodega viene haciendo desde hace años, el Fondillón Tesoro de Villena cuenta con un elegante y estético estuche, donde, como en la propia botella, cuenta con el nuevo diseño, el nuevo color corporativo y el diamante que, de ahora en adelante, reconocerá a este excepcional fondillón.
Del mismo modo, ya que hablamos de la provincia de Alicante, por parte de la bodega se ha apostado por profesionales de la propia provincia para cada una de las especialidades que envuelven este nuevo diseño del Fondillón Tesoro de Villena. Desde la distribución del producto, el diseño, pasando por la fabricación de las etiquetas hasta la elaboración del propio estuche, ha sido realizado en la propia provincia, apostando, de nuevo, por lo hecho aquí, en nuestra tierra.
Qué nos ofrecerá ahora el Fondillón Tesoro de Villena
El cambio estético y exterior del Fondillón Tesoro de Villena es más que visible, pero la esencia sigue ahí.
Si hemos hablado sobre su proceso de elaboración algo nos queda muy claro, la apuesta por el cambio de lo más visible de este fondillón, aquello que entra por la vista, ha sido radical, pero lo palpable, aquello que nos entrará por boca, lo que podremos disfrutar en copa y junto a esas personas con las que deseemos compartir un gran momento, será lo mismo que fue hasta ahora, un buen sorbo de uno de los mejores fondillones del mundo, el Fondillón Tesoro de Villena.
Un vino para momentos únicos y especiales, un vino para brindar por todo lo vivido y por aquellos que viviremos. Un vino para degustar tranquilamente, para relajarnos después de un día agitado o para brindar en un aperitivo junto a amigos. En definitiva, un vino para disfrutar de la vida y del saber vivir.
De color cobrizo y ámbar, esos colores que siempre le han servido como carta inigualable y diferente de presentación, su presencia en copa es diferente y única, algo que nos habla de su madurez.
Aromas a antiguo, a vino con cuerpo, balsámicos, fragantes, perfumados, con un toque suave, agradable y aterciopelado al llegar al paladar y un sabor final a madera noble, que se quedará en boca durante un buen rato para que sigamos disfrutando de cada sorbo del Fondillón Tesoro de Villena.
Sobre su olor, su esencia. Acerca tu nariz a la copa, retírala, mueve un poco la copa, vuelve a acercarla, disfruta de cada una de las inspiraciones y deja que su perfume inunde tus pulmones para saber que el Fondillón Tesoro de Villena no es un simple vino, que es algo más, que es un regalo, un tesoro, un diamante, un diamante como el que viste su etiqueta.
Desde luego, una gran forma de disfrutar de lo mejor de nuestra tierra y de conocer el fondillón probando uno de sus mejores y más reconocidos exponentes, el Fondillón Tesoro de Villena.
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